La Princesa que se rescató sola (Paso 1)
SIN
Desperté y vi que no estaba. Había sido una
noche complicada y yo casi no pude pegar ojo. Al final me venció el cansancio y
dormí profundamente, sumida en un sueño intranquilo.
Cuando me acosté estaba aquí,
pero ahora no había rastro de ella. Busqué por todas partes, en cada rincón
pero ya no estaba allí, simplemente había desaparecido.
Al principio me sentí muy mal, perdida.
Llevaba toda una vida conmigo y ahora sin más me dejaba. Nunca hacía nada sin
ella, siempre juntas y ahora ante mí se abría un paisaje desolador. ¿Por qué se
había marchado? ¿Qué mal hice para que decidiese dejarme? No habíamos tenido
ningún problema, siempre estábamos de acuerdo y nos escuchábamos mutuamente.
Sólo anoche no vimos las cosas del mismo
modo. Discutimos largamente. Al final decidí que lo mejor sería dormir y esperar
al día siguiente cuando, seguramente, veríamos las cosas más claras.
Poco a poco y sin darme cuenta me fue
embargando una cálida sensación, como cuando buceas y te meas dentro del traje
de neopreno. Sin saber por qué comencé a reír; reí tanto que acabé cayendo al
suelo mientras me revolcaba entre carcajadas y entonces lo vi claro: Me había
abandonado, sí, pero al fin era libre. Ahora podía cumplir mi sueño de ser una auténtica
Hija de la Gran
Puta.
Y es que no tener conciencia pone las cosas muy fáciles.
Comentarios
Publicar un comentario